Dibujé un cálculo amarillo en mi frente
el logaritmo de la lluvia.
Siempre es complicado
hacer llover
porque la lluvia se inventa sola
es un arte en sí misma.
Sin embargo caminé con ella
como si fuera mi novia.
Y aunque cuando la luz me despertó
ya no llovía.
En mi cama aún se olía la tormenta.
Mauricio Escribano
Imagen Helene Desplechin
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