Ella se zambulle en la turbulencia
para quitarse otro rostro.
Yo le bebo toda el agua
que sale de su pecho
y anuncio que su nombre
todavía no es su nombre
sino un viejo sombrero sin fondo.
Ella por la noche pide carne
porque ya no tiene forma.
Yo le recuerdo que aún no es la muerte
y eso la ayuda a irse más lejos
a empujar pesadas puertas
a intentar seguir naciendo.
Mauricio Escribano
Imagen Laura Makabresku
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