Levanté la niebla. Debajo tu cuerpo
desnudo esperaba el rocío que inicia
mi boca.
Mezclamos las voces, mordimos los
besos, y muy dentro mío se abrieron
tus ojos.
Deseabas mirar cómo era
un amor tan profundo.
Mauricio Escribano
Imagen Hélène Desplechin
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